NI CONTIGO NI SIN TI

Un día me dijeron que ni contigo ni sin ti.

Que mucho no te voy a querer pero que no te vayas, te necesito. Que te quiero libre, pero calladita estas más guapa. Que no me hables mucho de democracia, que muy libre no vas a ser. O bueno un poco igual si.

Mira sabes; decide tú. Vota, votad, un nuevo gobierno porque el de ahora no me gusta nada. Tu habla (vota) que yo voy a respetar lo que pienses. Y llegó el día, esta vez sin miedo, sin porras. Y el pueblo votó; “vamos a respetar el resultado, es el legitimo y somos muy demócratas” y…¡ay! El demócrata al final se convirtió en hipócrita. Porque no pensamos igual, no te dejo ir, porque recuerda: ¡Ni contigo ni sin ti! Y ahora hablas y no me gusta y entonces te vuelvo a intervenir, que solo serás libre si lo quiero yo. Que tu libertad pasa por tu sumisión.

Y al fin hablé, alto y claro.

Y no, no lo entiendes. Conmigo esto no. Que yo soy libre, que yo decido por mí aunque no te guste y al final yo, me voy a ir. Que ya no tengo miedo, y tampoco lo tuve nunca pero que ahora soy más fuerte. Que tu represión, tu violencia y tu falsa democracia me han hecho grande y ahora tienes las que perder porque recuerda: la democracia siempre gana.

Y así es como la #EspañaCiudadana se quedó sin el ciudadana, y España sola se quedó. Porque donde tu ves españoles yo veo pluralidad y riqueza en la diversidad. Y así es como España perdió Catalunya, y con esta a miles de ciudadanos de miles de nacionalidades y pensamientos. Porque las historias de ni contigo ni sin ti, de represión, sumisión y obligación nunca fueron buenas. Así que ahora me toca a mi, déjame un poco libre. Que mis ideas son solo mías, que no quiero falsa democracia, que soy más de libertad.

Continuará…